Empecé a

observar

cuando tenía

9 años

Aquí ya tenía 15, cuando mi madre me regaló mi primer telescopio:
un galileo refractor 900x60.
¡Aún lo conservo!

Observar el cielo siempre ha sido mi gran pasión. Recuerdo que a los 9 años me sentaba en la terraza de nuestra casa y dibujaba lo que veía en el firmamento. Pero a los 13 conocí a un astrónomo en mi ciudad y ahí cambió todo. El me enseñó astronomía general y a observar con telescopios.

Durante muchos años estudié y trabajé con él, y siempre estaré muy agradecido por su apoyo y entusiasmo.

A los 23 años dejé Argentina, para viajar por América Latina con mi telescopio en la mochila. Recorrí diferentes países y pueblos, observando y aprendiendo sobre el universo en cada lugar que visitaba.

Finalmente, en 2017 llegué a Cusco, donde conocí a mi compañera, y decidimos quedarnos. Trabajé durante tres años en el planetario de Cusco, del cual aún soy miembro colaborador, y hace unos años empecé Sembrando Cielos; una iniciativa para compartir sesiones de observación de estrellas, para capacitar a guías en astroturismo, y para visibilizar el impacto negativo de la contaminación lumínica.

Mi misión en la vida es clara: acercar a las personas al profundo mundo de la observación del cielo. Estoy decidido a cumplir con ese propósito y a difundir mi pasión por los cielos estrellados.